El interés de los agricultores por invertir en olivares está en aumento, y si bien se suele decir que es un cultivo rentable, esta afirmación no refleja completamente la realidad, ya que no todos los modelos ni en todas las zonas produce un beneficio notable. Además, si comparamos con cultivos anuales, el olivar requiere una inversión mayor y sus beneficios se materializan alrededor del tercer año, al igual que el almendro.
Sin embargo, siempre que se haga un olivar moderno (en seto) en una zona edafoclimática que cumpla sus humildes necesidades, la rentabilidad del olivar estará respaldada por sus características intrínsecas. Este cultivo está adaptado a nuestro clima, requiere un bajo consumo de agua y demanda pocos insumos. Además, su mercado se mantiene estable y en crecimiento. Su retorno de inversión es rápido y el riesgo asociado es mínimo.
Lo que intento transmitir es que más allá de destacar la inversión inicial es crucial enfocarse en el hecho de que es un cultivo seguro. Su inversión se recupera rápidamente debido a su adaptación y la estabilidad del mercado. A pesar de las fluctuaciones de precios anuales, los cultivos de alta densidad continúan generando beneficios consistentes.
Razones por las que invertir en olivos
A pesar de que la rentabilidad del olivo y su retorno de inversión depende de diversos factores, como el grado de intensificación, la variedad cultivada, las condiciones climatológicas y la fertilización, los expertos consideran que es rentable invertir en olivos.
Si te has preguntado cómo de seguro sería invertir en aceite de oliva, debemos recordarte que La Península Ibérica es el principal productor y comercializador de aceite de oliva del mundo. Además, el consumo de aceite de oliva y aceitunas es cada vez mayor, gracias al buen trabajo de divulgación de muchas entidades y profesionales sobre el impacto positivo que estos alimentos tienen sobre la salud.
Por otro lado, el aceite de oliva representa el tercer producto agroalimentario más exportado por nuestro país, lo que hace que invertir en olivos sea una apuesta más que segura.
También, hay que tener en cuenta que la rentabilidad depende del grado de intensificación de la explotación, de modo que a mayor grado de intensificación, mayor rentabilidad y menor tiempo para conseguir el retorno de la inversión.
Concretamente, el grado de intensificación más rentable es el olivar de alta densidad, más conocido como superintensivo, una técnica que consiste en plantar una alta densidad de olivos, normalmente ronda los 2.000 olivos/ha, formando un seto productivo, muy eficiente en la captación de la radiación solar y altamente eficiente en el uso de los fotoasimilados, ya que al tener una anchura y altura reducidas, estará siempre produciendo su fruto en zonas próximas al centro del olivo. La mecanización casi total de todas las tareas ha sido el otro gran hito que ha conseguido que este tipo de olivar se corone como el más rentable, ya que recude costes y la dependencia de mano de obra.
Además de su rentabilidad, invertir en olivos trae consigo beneficios medioambientales. Entre ellos está la reducción de la erosión del suelo, incremento de la materia orgánica, disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, mejora de la biodiversidad de la finca…
Se puede decir a día que hoy, con gran certeza, que el olivar de alta densidad o superintesivo es el cultivo más sostenible de la península ibérica porque ambientalmente es el que consume menos agua, menos abonos y utiliza menos productos fitosanitarios, cuando comparado con los otros cultivos que generan beneficios importantes. Económicamente, es el cultivo que está más sólido, con unos resultados medios anuales muy positivos y Socialmente está creando mucha riqueza directa e indirecta.
Todos estos son motivos más que suficientes para justificar el prestigio que posee la industria oleícola en la actualidad, pues es un agente que tiene la capacidad de reducir la contaminación en su proceso de producción.
Datos de inversión en olivos en 2024
Invertir en olivos es una de las opciones más fiables y seguras. Concretamente, si partimos de una producción media de entre 12.000 – 14.000 kg de aceitunas (teniendo en cuenta que la máxima producción se alcanza a partir del tercer año), sin arrendamiento y considerando el precio medio del aceite en estos últimos veinte años, el retorno de la inversión es de aproximadamente 6 años. (si fuéramos a considerar el precio medio de los últimos 5 años el retorno de la inversión seria en 4-5 años).
Esto confirma que es mucho más rentable invertir en olivar que en otros cultivos o incluso en otros mercados, donde el retorno de la inversión es mucho más tardío o inestable.
¿Qué variedades de olivo son más interesantes para invertir en aceite de oliva?
Para determinar qué variedades de olivo son las más rentables, hay que tener en cuenta una serie de factores, como el terreno, las condiciones climatológicas, la susceptibilidad a determinadas plagas y enfermedades propias del olivo.
La variedad más plantada en seto desde sus inicios ha sido arbequina, su adaptabilidad a diversas condiciones edafoclimáticas ha sido protagonista en el éxito del seto en el mundo del olivar, trayendo muchos éxitos a los agricultores. Además, su rápida entrada en producción (tercer verde) y temprana fecha de maduración (octubre-noviembre en hemisferio norte) han acabado por hacerla tan popular. Su aceite es de gran calidad, presentando un sabor suave y afrutado.
Se trata de una variedad con buen comportamiento tanto en zonas cálidas como más frías, relativamente tolerante a la sequía, y enfermedades como la tuberculosis y a la verticilosis.
Tres o cuatro años después del inicio del seto, se iniciaron plantaciones con la variedad arbosana, una variedad muy rentable excepto en zonas de bajas temperaturas, debido a su escasa resistencia al frío que desemboca en una sensibilidad a la tuberculosis. Su productividad (kg aceite/ha) es similar o superior a la de arbequina.
Y más adelante aterrizaron los cruzamientos varietales modernos, que nos trajeron las Sikititas 1 y 2 de la UCO, las variedades del Programa Mejora Genético de Todolivo con la I-15 a la cabeza y las del PMG de la Universidad de Bari como Lecciana y Coriana. Variedades, todas ellas que han traído mejoras o distinciones como el tipo de aceite, una mayor acumulación de grasa durante la lipogénesis, o mayor tolerancia al estrés hídrico o térmico. Y detrás de estas, una legión de otras nuevas variedades que habrá que ir ensayando y estudiando, pero seguro aparecen algunas que aporten aspectos diferenciadores.
Aun así, como comentamos al principio de esta sección, para poder afirmar que es rentable invertir en olivos, y que una variedad lo es más que otra, hay que estudiar con exactitud los diversos factores que afectarán a la productividad de la plantación, y haber acumulado muchas experiencias con las distintas variedades para poder alcanzar la mayor satisfacción para el inversor.
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